domingo, 14 de febrero de 2016


Tan pronto como pueda, me mudaré a otro planeta; el nuestro ya no es un lugar saludable para vivir. En poco más de 200 años lo hemos convertido en una gran factoría infecta. Los terrícolas nos hemos convertido en termitas insaciables devoradoras de recursos. Nuestra única finalidad en la vida parece no ser otra que el consumo desaforado en busca de un atisbo de felicidad. Hemos ensuciado la tierra, el agua y el aire y, ahora, pobres ignorantes, nos quejamos de que ellos nos ensucian a nosotros. Hemos heredado un paraíso y lo hemos convertido en un infierno maloliente, humeante y tóxico.

La filosofía capitalista nos ha abducido el espíritu. El capitalismo es una droga tóxica y adictiva. Todo se lo perdonamos a cambio de una dosis diaria de consumo y artificio.

Vivimos en un permanente baile de san Vito dando vueltas absurdas, estamos atrapados en una fuerza centrífuga de la que nadie puede escapar para pararse a reflexionar sobre el sinsentido que nos mueve. Nos han dicho que hay que subirse al tren del progreso y ahí vamos todos, como borregos, a gran velocidad y sin conductor ni destino cierto.—

Pedro Serrano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

DEJA TU COMENTARIO