miércoles, 25 de enero de 2023

2.1. La complementariedad de la evolución biológica con la evolución cultural

 El origen de la especie humana, al contrario que el origen de las demás especies, no se explica sólo en términos de evolución biológica, sino también, y sobre todo, en términos de evolución cultural. ...  Evolución cultural  que se inició cuando, en el proceso de evolución biológica, surgió un tipo de ser capaz de adaptarse al medio no tanto en función de sus instintos cuanto en función de su inteligencia. … A partir de ese momento, la evolución biológica comenzó a ser complementada con la evolución cultural, iniciándose entonces el proceso que ha dado lugar a los caracteres específicos de la actual Humanidad: el proceso de humanización.

Nos humanizamos relacionándonos con otros humanos (que nos contagian su humanidad espontánea o intencionalmente, aunque casi siempre con nuestra complicidad) y por medio de nuestro propio esfuerzo (asimilando contenidos culturales). …

El ser humano necesita de un segundo nacimiento, ahora del seno de una determinada cultura: solo llegamos a ser plenamente humanos cuando nos contagiamos de una cultura. … La condición humana es en parte un producto natural (que emerge de la evolución biológica), pero es también en parte un constructo social (que emerge de la evolución cultural).

Se supone que la actividad cultural se inició con los primeros homínidos, los Australopithecus (hace entre unos 4-5 millones de años).  Eso sí, hay que señalar que esa incipiente actividad cultural era muy rudimentaria y apenas distinguible de la actividad adaptativa de los animales superiores. Sin embargo, a lo largo del proceso de hominización, las diferencias, aparentemente pequeñas en un principio, se fueron acentuando y acabaron siendo lo suficientemente importantes (en cantidad y en calidad) como para producir con el tiempo dos modos de vida muy distintos: el del humano y el del puro animal. … Probablemente, el despegue “cultural” entre los humanos y el resto de los animales se produjo con la emergencia del género Homo: es con la especie Homo habilis (hace unos 2,5 millones de años) con la  que se produjo realmente el salto a la evolución cultural en sentido estricto, pues es con esta especie con la que el aprendizaje cultural se convirtió en un mecanismo de selección más importante ya que el de la dotación biológica heredada (a partir de entonces, la supervivencia y la adaptación al medio no dependerán ya tanto de las capacidades heredadas, cuanto del  aprendizaje de ciertas técnicas y habilidades). … El proceso de evolución cultural se fue acelerando con las especies posteriores del género Homo, llegando a su culminación con el surgimiento de la especie Homo sapiens (hace unos 300.000 años). …

¡OJO!: la actividad cultural de los primeros sapiens apenas se diferenciaba de la de los neandertales: hay que esperar a que los sapiens penetren en Europa (hace unos 45.000 años) para poder hallar diferencias culturales significativas entre ambas especies; fue por entonces cuando los sapiens dieron un enorme salto cultural (cuantitativo y cualitativo), despegándose definitivamente de los neandertales, que permanecieron estancados. …

Tras el surgimiento del Homo sapiens, la evolución biológica cedió el protagonismo a la evolución cultural, y esto supuso un cambio radical en el sentido de la evolución de los homínidos: si la evolución biológica nos llevaba hacia la diversificación (diversidad de “razas” y diversidad de especies), la evolución cultural comenzó a llevarnos hacia la integración (una sola especie y una sola “raza”). ... Somos, cada vez más, una única especie; incluso las actuales “razas humanas” (últimos vestigios de la primitiva diversificación biológica) están abocadas a la integración: el mestizaje es nuestro destino

Con la aparición de la célula, la evolución química cedió el protagonismo a la evolución biológica; con la aparición del Homo sapiens, la evolución biológica cedió el protagonismo a la evolución cultural.

¡OJO!: como ya dijimos en el tema anterior, el término “raza” ya no se considera apropiado para designar a los diferentes subgrupos en que puede dividirse la especie humana, prefiriéndose en su lugar otros como “etnia” o “pueblo”. … El uso del término “raza” se restringe actualmente al ámbito de unas cuantas especies animales, sobre todo, domésticas.

 

 

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