miércoles, 25 de enero de 2023

3.2. Más allá de la pura materialidad: la creencia en el alma

 

Cómo surgen la Vida y la Consciencia racional a partir de la Materia sigue siendo un misterio; tanto, que todos los intentos que hasta ahora se han hecho por reproducirlas artificialmente han fracasado. … A este respecto, algunos consideran que  la Vida y la Consciencia racional son realidades que trascienden la pura materialidad, es decir, que no pueden explicarse solo a partir de la materia, sino apelando a “algo” que estaría más allá de esta.  Pero, ¿qué sería ese “algo”? Para la mayoría de las religiones no hay ningún tipo de dudas,  ese “algo” es Dios: Él es quien “insufla” la Vida y la Consciencia  en la Materia.  … Esto explicaría por qué ni la Vida ni la Consciencia pueden ser creadas artificialmente por el ser humano: porque son realidades sobrenaturales (de origen divino) y, por tanto, están más allá de nuestra comprensión y poder. … Esto explicaría, igualmente, la ancestral creencia del ser humano en el Alma: el alma es, precisamente, el “soplo divino”; lo que anima a la materia, lo que la hace sensible y consciente. …  

También algunas filosofías (no todas), postulan la existencia del Alma; y la conciben como  algo intangible que se reconoce más por sus efectos que por su sustancialidad: no podemos imaginar la sustancia de la que está hecha el alma, pero sí  podemos postular que algunas de las funciones que se manifiestan en el ser humano son funciones anímicas. … Entre esas funciones destacan dos: las funciones vitales y las funciones racionales. Es quizás por eso, que en la historia de la filosofía, se han dado estas dos grandes concepciones del alma:

1. Alma como principio de vida: como causa interna de todas las actividades biológicas. … ¡Ojo!: si el alma es la vida, todos los seres vivos tendrán alma (y no sólo el ser humano). … [Desde esta perspectiva,  el alma es lo que distingue esencialmente al viviente del no viviente: el alma sería  aquello en virtud de lo cual el viviente vive (¿no suele decirse en las creencias religiosas tradicionales que la muerte consiste precisamente en que el alma abandona al cuerpo dejándolo sin vida?).]

2. Alma como principio de racionalidad: como causa interna de todos nuestros pensamientos. … ¡Ojo!: muchos filósofos piensan que, si el alma es la racionalidad, sólo el ser humano tendrá alma ya que, en sentido estricto, sólo el ser humano piensa racionalmente. … [Desde esta perspectiva,  el alma es lo que distingue esencialmente al humano de cualquier otro ser vivo: el alma sería  aquello en virtud de lo cual el humano (y solo él) piensa.]

Hay  filósofos que  sostienen que el alma (ya sea concebida como principio de vida, ya como principio de racionalidad) no puede existir independientemente del cuerpo, con lo que, cuando el cuerpo muere, el alma también muere: no hay nada inmortal en ningún ser. ...

No obstante, otros filósofos consideran que el caso del ser humano es especial y único: la consciencia racional humana ha alcanzado tal nivel de desarrollo que ha logrado trascender la pura materialidad, con lo que muy bien podría existir  y actuar independientemente del cuerpo; por tanto, el alma humana sí podría ser inmortal: cuando el cuerpo muere, la consciencia racional (=el alma) puede seguir existiendo (independientemente de todo soporte material, o en otro soporte material distinto). …

¡Ojo!: algunos filósofos consideran el pensamiento humano (la racionalidad) como una actividad vital más que, como las demás actividades vitales, no puede realizarse sin el funcionamiento del órgano corporal correspondiente (en este caso el cerebro). … Al morir el cuerpo se paran todos los órganos corporales, cesando todas las actividades vitales (incluidas las mentales);  por lo tanto el  pensamiento (=alma racional) no puede existir independientemente del cerebro corporal. … No hay, pues,  nada inmortal tampoco en el ser humano.

Desde una perspectiva esctrictamente científica hemos de decir que, aunque no sabemos qué son realmente la vida y la consciencia, sí sabemos que emergieron de forma espontánea de ciertos sistemas naturales cuando estos alcanzaron un nivel singular de complejidad; por tanto, podemos postular que también podrían emerger espontáneamente de los sistemas físicos creados artificialmente cuando estos hayan alcanzado un nivel de complejidad similar. … Por otro lado, conviene remarcar que no contamos con ninguna prueba científica de la existencia del Alma (y puede que nunca la tengamos). Lo que la Ciencia tiene muy claro es que, tras la muerte física de cualquier ser vivo, cesan todas las actividades supuestamente anímicas (tanto las corporales como las mentales); lo que constituye una prueba concluyente de que tanto la vida como la consciencia necesitan de un soporte material para existir. Pero si esto es así, no hay nada que trascienda la pura materialidad.

¡Ojo!: hay expertos que creen que el progreso científico-tecnológico llevará finalmente a la humani-dad a un estadio en el que nuestra consciencia racional individual podría existir en el entorno virtual de un super-ordenador cuántico que podría abarcar todo el universo (una existencia semejante a la que se nos refleja en la famosa película Matrix).

Pues bien, si eso se hace realidad un día, entonces  nuestra consciencia racional (nuestra “alma”) no necesitará para existir de ningún soporte material individual (de un cuerpo biológico y/o tecnológico) y, en cierto sentido, seremos inmortales (al menos, mientras exista el soporte del super-ordenador cuántico).

 

 

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