lunes, 23 de enero de 2023

5.9. Los modelos o paradigmas científicos

 La Ciencia no ha sido concebida siempre tal y como la concebimos hoy, sino que a lo largo de la historia ha habido varios modelos de Ciencia.  Algunos autores llaman a estos modelos paradigmas científicos. … Podemos definir  un paradigma científico como el conjunto de prácticas y saberes que fundamentan la actividad científica durante un período específico, condicionando el desarrollo de lo que algún autor ha llamado “ciencia normal”.  

Etimológicamente, el término “paradigma” procede del vocablo griego `parádeigma´ que significa modelo o ejemplo. …

'Ciencia normal' significa investigación basada firmemente en realizaciones científicas pasadas, que alguna comunidad científica particular reconoce, durante cierto tiempo, como fundamento para su práctica posterior. …

Según el grado de interacción entre el sujeto y el objeto del conocimiento, podemos distinguir tres paradigmas concretos en la historia de la Ciencia:

1.   Paradigma organicista (el de la Ciencia antigua y medieval): considera las cosas (y el mundo en su conjunto) como organismos vivos. … Según esta concepción, cada cosa (como si fuera un ser vivo) tendría inscrita en su naturaleza una tendencia o fin, que condiciona toda su existencia (todos los seres tienden por naturaleza a un fin, que no es otro que el de alcanzar su plenitud). … En base a esta concepción, el científico tiene que conformarse solo con conocer las causas que intervienen en la producción de cada evento, sin poder interferir para nada en los procesos naturales de su producción, pues todo está predeterminado de antemano. … La Ciencia de esta época es, pues, predominantemente teórica o especulativa, y se sitúa muy próxima a la Filosofía.

En aquella época la Ciencia no había alcanzado aún el nivel de conocimiento suficiente como para  interferir en los procesos biológicos de los organismos. … Hoy día, sin embargo, sí contamos,  cada vez más,  con los conocimientos y la tecnología adecuada para controlar muchos de esos procesos. …

2.   Paradigma mecanicista (el de la Ciencia moderna y de gran parte de la contemporánea): considera las cosas (y el mundo en su conjunto) como máquinas autómatas. … Según esta concepción, cada cosa (como si fuera una máquina) se compone de una serie de piezas interconectadas entre sí y posee movimiento autónomo a partir de un primer impulso inicial (quizás dado por Dios, según algunos autores). Esto es algo que, en cierto sentido, parece haber confirmado la Ciencia moderna: en el universo todo puede explicarse a partir de unos cuantos elementos materiales y unas cuantas fuerzas de la naturaleza (lo del impulso divino quizás no sea tan necesario). … En base a esta concepción, el científico no se conformaría solo con conocer las causas que intervienen en la producción de cada evento, sino que podría utilizar ese conocimiento para interferir (como causa eficiente) en muchos procesos naturales (el científico aspira a gobernar y dirigir la “máquina” del mundo). … La Ciencia comienza a tener ya una vertiente práctica; ya no es solo ciencia teórica, es también ciencia aplicada, y comienza a separarse de la Filosofía.

Al contrario que los organismos biológicos, que son creados por la naturaleza, las máquinas, por muy complejas que sean, son artilugios fabricados por el ser humano y, por tanto, se pueden reparar cuando se averían o perfeccionar con nuevas tecnologías; y, lo que es aun más importante, se pueden controlar y gobernar a nuestro antojo. …

Desde la Revolución Científica (XVI-XVII), la Ciencia tiene como objetivo fundamental no solo conocer y comprender el mundo, sino también transformarlo y dominarlo para ponerlo al servicio del ser humano.  

3.   Paradigma holístico (el de la Ciencia actual, desde la última década del siglo XX): considera las cosas (y el mundo en su conjunto) como hologramas. … Según esta concepción, cada cosa (por pequeña que sea) contiene la totalidad de la información de TODO (“holo”) el Universo (al igual que ocurre con cualquiera de las partes de un holograma, respecto de todo el conjunto). Esta idea viene avalada por las últimas conclusiones de las teorías relativista y cuántica, según las cuales todo lo que existe está interconectado, formando un sistema complejo. … En base a esta concepción, el científico tendrá como máxima aspiración conocer cada cosa en función de su relación con el TODO. Las cosas no se pueden explicar individualmente, pues todo en el universo está interrelacionado: las cosas repercuten unas sobre otras en una interacción e influencia continuas. … La Ciencia actual parece apuntar,  en última instancia hacia una transcendencia, hacia un más allá ontológico (cada cosa remite a algo más grande), con lo cual, vuelve a situarse muy próxima a la Filosofía e, incluso, a la Teología.

Si concebimos el mundo como un holograma, resulta que nuestra mente (como parte del holograma del mundo) contendrá la totalidad de la información sobre todo lo que hay; con lo cual, vuelve a cobrar actualidad la máxima epistemológica de los primeros griegos:Conócete a ti mismo y conocerás el Universo”. …

La introspección sería el camino del auténtico conocimiento; el único medio para desvelar lo que es la “cosa en sí” y el sentido último de todo lo que hay. …

 

 

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