martes, 17 de enero de 2023

10.2. Concepción de la política

 El término `política´ deriva del vocablo griego `polis´, que significa ciudad-Estado. Por lo que, en una primera aproximación, podemos decir que con el término `política´ se hace alusión a todo lo relativo a la polis o ciudad (especialmente a su organización). … Del término `polis´ se derivaron los términos `politiké´ (para referirse al arte de gobernar la polis)  y `politikós´ (para referirse a los ciudadanos que se interesaban por el gobierno de la polis). 

Durante los primeros siglos de su existencia (-VIII/-IV), Grecia no se configuró como un único Estado, sino como un conjunto de pequeñas ciudades independientes llamadas `polis´ (=ciudades-Estado). …

El equivalente latino de “polis” es “civitas” (de donde proviene nuestro término “ciudad”). … Y el equivalente latino de “politikós” es “civis” (de donde proviene nuestro término “ciudadano”). …

Para los antiguos griegos, el ser humano solo se realizaba con plenitud participando en los asuntos de la polis; infiriéndose de ello, que el que no participaba en los asuntos públicos no llegaba a realizarse humanamente. … A este respecto, distinguían entre dos clases de individuos: los politikós  (ciudadanos que se interesaban por el bien común y participaban en la organización de la convivencia, ocupando o desempeñando cargos) y los idiotikós (individuos que solo se interesaban por el bien propio  -`idio´ significa propio-). … *[Más adelante las personas que no se preocupaban por los asuntos comunes a los habitantes de la “pólis” se llamarían “idiotes” (de donde derivaría nuestra actual palabra “idiota”), que originalmente significaba “propio, particular o privado”, pero que luego pasaría a significar “privado de conocimientos”,  o  sea, “inculto”.]

Los griegos no diferenciaban terminológicamente entre política y sociedad (lo político implicaba lo social). No contaban, pues, con una palabra específica para designar lo que nosotros entendemos por sociedad (nuestra palabra “social” no es de origen griego, sino que deriva del término latino `societas´).  Por eso cuando aquel gran filósofo de la antigüedad definió al hombre como un zoon politikón (animal político), estaba subrayando,  a la vez,  tanto su dimensión política como su dimensión social. … Ahora bien, si partimos de la distinción que los griegos hacían entre politikós e idiotikós, habría que concluir que, de hecho, no establecían una total equivalencia entre los conceptos `hombre político´ y  `hombre social´ o entre política y sociedad,  pues tanto los politikós como los idiotikós eran seres sociales, pero solo los primeros eran, además, seres políticos. …

…*CONCLUSIÓN: toda persona política vive en sociedad, pero no toda persona que vive en sociedad es política. Según los antiguos griegos no eran políticos (y, por tanto, no eran plenamente humanos) los esclavos, las mujeres, los niños, … y los idiotikós.

La mayoría de los autores consideran que la esencia de la Política es el Poder, entendiendo como tal poder la capacidad de dirigir o impedir las acciones de los individuos o grupos sociales. ... Pues bien, si la esencia de la Política es el Poder, podríamos avanzar esta definición de política: La Política es la actividad que se realiza con la intención de obtener, ejercer, conservar, influir, modificar o extinguir el Poder”. … El Poder político tiene una doble función social: una negativa y la otra positiva. …

(1)    Función negativa, en cuanto que establece relaciones de dominación. … La posesión del poder político implica la capacidad de dar órdenes y hacer que los otros obedezcan (aún en contra de su voluntad). …

(2)    Función positiva, en cuanto que organiza la vida en sociedad. … La posesión del poder político implica la capacidad de elaborar y promulgar normas y leyes para regular la convivencia y gestionar los recursos.

Ahora bien, hay que precisar que no todo poder político es legítimo. Lo que otorga legitimidad al poder político no es su fuerza coactiva, sino su recono-cimiento social (en base a algún valor objetivo). … A lo largo de la historia, el poder político ha intentado legitimarse, básicamente, de tres maneras:

(1)    Apelando a la tradición. Ya que aquello que cuenta con una tradición de respeto y obediencia sigue reclamándolos por el simple hecho de que siempre ha sido así (autoridad del “eterno ayer”). … *[En muchos casos se postula que el poder tiene un origen divino; que fue otorgado a alguna persona “por la gracia de Dios” en un pasado remoto, y que esa gracia se transmite de forma hereditaria.]

(2)    Apelando al carisma de quien lo ostenta. Es decir, en base a sus cualidades personales: heroísmo, dotes de mando, elocuencia persuasiva, capacidad organizativa, conocimientos, etc.  … Estas cualidades se consideran un don personal, y no algo hereditario. …

(3)    Apelando a la razón. O sea, haciendo que el poder se asiente en argumentos puramente racionales que hacen referencia a la organización política y a reglas de funcionamiento establecidas por consenso (como ocurre en nuestros actuales sistemas democráticos). …

 

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