lunes, 23 de enero de 2023

5.6. El problema de la realidad y de su conocimiento

 

Hemos establecido que la verdad es una propiedad de los  enunciados: un enunciado es verdadero si lo que expresa se corresponde exactamente con la `realidad´. … Pero,  inmediatamente  se nos plantean dos problemas a cerca de esa realidad:

(1)    El problema de la existencia real del mundo: ¿existe una realidad independiente del sujeto?

(2)    El problema de la validez del conocimiento: ¿es la realidad tal y como la conocemos?

A este respecto, examinamos a continuación las tres actitudes más representativas:

1.   La actitud natural”: … espontáneamente todos creemos que el mundo en el que vivimos existe realmente independientemente de nuestro pensamiento, y que conocemos directamente las cosas de esa realidad tal y como son (los eventuales engaños de los sentidos, las ilusiones y alucinaciones no conmueven para nada esta creencia radical). … La “actitud natural” consiste en creencias formadas en la infancia (“prejuicios”) y/o en predisposiciones innatas (instintivas).

2.   La actitud filosófica realista: … en la historia de la filosofía se han dado muchas formas de realismo. Todas ellas aceptan plenamente la creencia -propia de la “actitud natural”- en la existencia real del mundo independientemente del sujeto que lo piensa y conoce (de ahí la denominación de “realismo”).  … Las diferencias entre las diversas formas de realismo surgen a la hora de posicionarse en torno a estas dos cuestiones: (1) ¿conocemos las cosas directamente o  indirectamente (a través de sus representaciones mentales)? y (2) ¿conocemos las cosas tal y como son? …

Respecto de la primera cuestión podemos distinguir dos formas  de realismo:

(1)   El realismo directo*: afirma que conocemos las cosas directamente, no a través de sus representaciones mentales. ... Esta forma de realismo fue defendida por los filósofos antiguos y medievales, y vuelve a predominar en la filosofía actual. ...

(2)   El realismo indirecto: afirma que conocemos las cosas indirectamente,  a través de sus representaciones mentales (de ahí que se le llame también “realismo represen-tativista”). ... Esta forma de realismo fue la más corriente en la filosofía moderna (a partir del siglo XVII). ...

Respecto de la segunda cuestión también distinguimos dos formas  de   realismo:

(3)   El realismo “ingenuo”: afirma que conocemos las cosas tal y como son. ... Esta forma de realismo coincide con  la “actitud natural” y fue defendida por gran parte de los filósofos antiguos y medievales.

(4)   El realismo crítico*: afirma que no conocemos las cosas tal y como son. ... Esta forma de realismo comenzó a predominar en la filosofía moderna y es la que se ha impuesto en la actualidad. ...

3.   La actitud filosófica antirrealista: … se trata de una doctrina sorprendente (por resultar exagerada y absurda), pero de una enorme coherencia. … En principio le da la razón a la “actitud natural: el mundo que conocemos existe realmente, y es tal y como lo conocemos.  … Pero, por otro lado, está de acuerdo con el realismo indirecto (o representativista): lo que conocemos en realidad no son las cosas, sino los contenidos mentales (imágenes, ideas), que supuestamente representan las cosas. … Ahora bien,  no hay forma de saber a ciencia cierta si esos contenidos mentales son representaciones de cosas objetivas, por lo que muy bien la realidad que conocemos podría ser algo puramente subjetivo, es decir, que solo existe en la mente del sujeto que la conoce. … (El antirrealismo es la forma más radical del idealismo filosófico.)

La actitud antirrealista resulta exagerada, e incluso absurda, para la gente corriente; pero no lo es en absoluto para algunos filósofos, que la consideran bastante coherente. … De hecho,  lo que nos vienen a decir los filósofos antirrealistas es que de lo único que podemos estar seguros es de nuestros pensamientos y del lenguaje en que los expresamos, pero  no hay forma alguna de saber con seguridad si hay una realidad que sirva de referente objetivo a nuestros pensamientos y a nuestros lenguajes. …

La actitud que goza actualmente de mayor aceptación es la del llamado realismo directo y crítico. … Se da por supuesto que el mundo existe realmente independientemente de que lo pensemos o conozcamos; y, generalmente, se cree que percibimos (conocemos) directamente las cosas, no sus representaciones mentales. Pero, ¡ojo!, también se cree en general que las cosas no son exactamente tal y como las percibimos (conocemos): las cualidades secundarias (color, olor, sabor...), por ejemplo, son subjetivas; son representaciones mentales que no tienen más referente en las cosas que las cualidades primarias (forma, extensión, movimiento...).

Hasta bien entrada la Edad Moderna, se creía que, en el acto de conocer, el sujeto se limitaba a descubrir  pasivamente el objeto, que le era absolutamente transcendente; pero desde finales de la Edad Moderna comenzó a considerarse que, en el acto de conocer,  el sujeto participaba activamente en la recreación del objeto, hasta el punto de que algún autor llegó a considerar al objeto absolutamente inmanente al propio sujeto. …

En este mismo sentido, un importante autor de principios de la Edad Contemporánea atribuirá a la razón el derecho de establecer qué cosa es real y que cosa no lo es, de tal manera que será real solo  aquello que resulte ser racional (un objeto existe en la medida en que es racional): “Todo lo real es racional y todo lo racional es real.” …

 

 

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