domingo, 22 de enero de 2023

6.7. La Lógica informal

 La Lógica informal, o lógica no formal, tiene por objeto el estudio de los razonamientos tal y como se presentan en el lenguaje natural;  sin simbolizarlos (como hace la Lógica formal). …En Lógica informal, más que hablar de razonamientos válidos (como se hace en Lógica formal) es preferible hablar de argumentos plausibles (o admisibles), pues no existe un método para establecer de manera absoluta la validez de un razonamiento aparte del análisis de su estructura formal. … En principio, podemos decir que un argumento del lenguaje natural es plausible o no en base a la información que aporta y a las razones que la sustentan (es por eso que a la Lógica informal también se la denomina “Lógica de las buenas razones”). …

Un argumento no consiste solamente en un conjunto de opiniones relacionadas entre sí que conducen a una conclusión, sino que supone, además, que esas opiniones se apoyen en “buenas razones”. … De ahí la necesidad de documentarse, de recabar información en la que sustentar los diferentes puntos de vista, como paso previo a toda argumentación. … 

En nuestra vida cotidiana hacemos uso constantemente del llamado diálogo argumentativo, intentando que los demás acepten nuestros puntos de vista. … *[Un diálogo argumentativo es una conversación en la  que dos o más participantes intercambian información de cara a la obtención de una conclusión aceptable para todos.]Pues bien, para que nuestros argumentos sean plausibles (admisibles), debemos, además de aportar “buenas razones”, respetar ciertas reglas del diálogo argumentativo, como las cuatro siguientes:

1.   Regla de la cantidad: proporcionar la información justa para apoyar una idea; es decir, dar tanta información como sea necesaria para mantener un punto de vista (pero no más). …

2.   Regla de la cualidad: no argumentar con información de la que no se esté seguro de su veracidad (o se crea que es falsa), y no tratar de defender una opinión a toda costa sin tener suficientes pruebas. …

3.   Regla de la relevancia: centrar las intervenciones en el asunto del que se dialoga sin desviarse a temas que no aportan nada a la idea principal (¡no te salgas del tema!). …

4.   Regla de modo: explicarse con claridad, sin ambigüedades, siempre de manera ordenada y no muy extensa (brevedad y claridad expositiva). …

A estas reglas se pueden añadir algunas otras en función del contexto en que se desarrolle el diálogo. … Así, por ejemplo, en los debates políticos se suele establecer un estricto turno de palabra y un tiempo de intervención para cada uno de los participantes, para evitar así que alguno de ellos pueda acaparar todo el protagonismo. …

En el diálogo argumentativo solemos utilizar determinadas expresiones, bien para apoyar, bien para desacreditar alguna opinión o  punto de vista particular. Estas expresiones las podemos clasificar en cuatro tipos:

1.   Aseguradoras: las que se usan para presentar como verdadera una opinión y evitar así que algún interlocutor nos pida razones que la justifiquen. … Por ejemplo: “Recientes estudios científicos han demostrado...”, “Fuentes bien informadas han asegurado que…”, “Es de sentido común que…”, “Todo el mundo está de acuerdo en que…”, “Es evidente que…”, etc.

2.   Protectoras: las que se usan para proteger de la crítica nuestras opiniones cuando no estamos muy seguros de ellas. … Por ejemplo: “Probablemente…”, “Algunos x son…”, “La mayoría de x son…”, “Quizá sea cierto que…”, etc.

3.   Sesgadas: las que conllevan algún tipo de connotación* tendenciosa,  y se usan, por lo tanto, para “inclinar” las opiniones en alguna dirección subjetivamente interesada. … Por ejemplo: cuando decimos de un “Norteamericano” que es un “Yanki”; o cuando calificamos a un grupo armado de “guerrillero” en lugar de “terrorista”; o, simplemente, cuando omitimos información relevante para inclinar las opiniones a un lado u otro (cuando informamos parcialmente). … *[Por connotación debemos entender el sentido o significado secundario que tienen muchas expresiones del lenguaje natural asociado a su significado primario o denotativo. …  Las connotaciones de una expresión varían en función de las personas y de los contextos; y están asociadas a prejuicios de carácter racista, político, religioso o sexista.  Así, por ejemplo, el término “feminista” tiene connotación positiva para algunas personas, y negativa (o peyorativa) para otras.]

4.   Persuasivas: las que tiene carácter valorativo y se usan para apoyar o rechazar opiniones diversas. … Por ejemplo: cuando un hablante argumenta a favor de los ordenadores y dice: “Los ordenadores son máquinas que potencian nuestras facultades”; o cuando otro hablante argumenta en contra de los ordenadores y dice: Los ordenadores son máquinas que envían al paro a miles de personas”.

¡OJO!: la utilización de estas expresiones es correcta siempre que no se pretenda cerrar el diálogo antes de lo debido o se usen de modo perverso para desprestigiar las opiniones ajenas. … Hemos de ser muy cautos en la utilización de este tipo de expresiones, para evitar que resten objetividad a la argumentación. …

 

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