sábado, 21 de enero de 2023

7.2. La dimensión técnica del ser humano

 Se suele considerar que la característica más esencial del ser humano es la racionalidad: el ser humano es el “animal racional” (“Homo sapiens”). … Sin embargo, hay que tener en cuenta que, evolutivamente hablando,  “antes” que racional, el ser humano es fabricador de útiles e instrumentos (antes que “Homo sapiens” es “Homo faber”). Por lo tanto, el ser humano también puede ser caracterizado, con todo rigor y propiedad,  como “ser técnico”. La técnica pertenece a la “naturaleza” o estructura del ser humano. …

Hablando con propiedad,  solo los seres humanos poseen técnica. … Cierto es que algunos investigadores hablan de una “técnica zoológica” refiriéndose a la actividad constructora de algunos animales, como la araña o la abeja; pero si reparamos un poco, podemos constatar que en esos casos no estamos ante una actividad técnica en sentido estricto, sino ante una actividad puramente instintiva; y, aunque algunos animales pueden llegar a utilizar instrumentos, lo cierto es que no poseen ni siguen “reglas”. 

La técnica humana tiene una serie de características que la diferencian claramente de la mal llamada “técnica zoológica”. Las más importantes de esas características diferenciadoras son las tres siguientes:  

(1)  La técnica humana se proyecta racionalmente; y, por tanto, es susceptible de aprendizaje. … En contraposición, la “técnica zoológica” responde siempre a determinaciones instintivas; y, por tanto, el animal la posee de forma innata (el animal no tiene necesidad de aprender ninguna técnica). …

(2)  La técnica humana implica siempre  un acto de voluntad; o sea, es algo que el ser humano puede hacer o no hacer (el humano es libre). … En cambio, la “técnica zoológica” le viene impuesta al animal por su propia naturaleza instintiva: el animal no tiene más remedio que hacer aquello que le dicta su instinto (el animal no es libre). …

(3)  La técnica humana suele tener un carácter innovador y acumulativo (innovador,  en cuanto que constantemente realiza nuevos diseños, proyecta nuevos modelos y crea nuevas realidades; y acumulativo, en cuanto que toda novedad técnica se conserva y transmite a las generaciones posteriores). … Por el contrario,  la “técnica zoológica” tiene un carácter repetitivo (pues el animal siempre hace lo mismo y de la misma manera). … En consecuencia, los seres humanos, al contrario que el resto de los animales, progresan tecnológicamente. …

La actividad técnica permite dilatar nuestras posibilidades existenciales, ya que, gracias a ella, podemos conseguir tres cosas:

(1)  Satisfacer todas nuestras necesidades. …

(2)  Lograr esa satisfacción con el mínimo esfuerzo.

(3)  Crearnos nuevas posibilidades y realidades. ...

Las necesidades humanas se diferencian de las del animal en dos aspectos fundamentales: (1) en la cantidad (las necesidades animales son muy limitadas: las biológicas;  las necesidades humanas son más numerosas, pues, además de las necesidades biológicas, tenemos también las llamadas necesidades culturales),  y (2) en la forma de satisfacerlas (el animal cuenta con un círculo muy limitado de medios para satisfacer sus necesidades, ya que las satisface de manera instintiva y sus instintos son muy limitados;  el ser humano, en cambio, gracias a la técnica, puede satisfacer sus necesidades de múltiples modos). …

Es por esto que podemos decir que Mediante la actividad  técnica  el ser humano  inicia el camino de la libertad y del progreso. Y es que, mientras que el animal, al carecer de técnica, siempre se ve obligado a satisfacer sus necesidades de la misma manera; el ser humano, gracias a la técnica, puede satisfacer sus necesidades de múltiples maneras, pudiendo elegir la que crea más conveniente en cada ocasión. ...

 *[¡Ojo!: según muchos pensadores, Toda actividad técnica supone trabajo, por lo tanto,  no puede ser liberadora.” (¿?¡!).]

Además, mediante la actividad técnica los seres humanos hemos conseguido invertir el sentido de la adaptación: si el animal no tiene más remedio que adaptarse al medio para sobrevivir, el humano hace todo lo contrario: adapta el medio a sus necesidades, transformándolo con su actividad técnica. … Por eso el animal solo puede vivir en un determinado ambiente (`nicho ecológico´), y el humano puede vivir en cualquier parte.

Gracias a la técnica, el ser humano ha adquirido un poder casi absoluto sobre el resto de los animales, y se encamina hacia un dominio total de la Naturaleza. ... No es de extrañar, pues, que, viendo el enorme poder que la actividad técnica proporcionaba al ser humano, se considerase, en un principio, que ésta habilidad tenía un origen divino.

*[Según la mitología, fue el titán Prometeo el que, al ver tan desvalido al ser humano, robó el fuego y el conocimiento técnico a los dioses y se los entregó para que pudiera sobrevivir.]

 

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