viernes, 20 de enero de 2023

8.5. La génesis de las teorías éticas

 Nuestros más remotos antepasados no tenían ningún tipo de preocupación ética, es decir, en su “corta mentalidad” no tenían cabida nuestras modernas concepciones del  “bien” y del “mal”. Su única preocupación era la de satisfacer las necesidades básicas de supervivencia (alimentación, defensa). … Con el paso del tiempo, cobraron conciencia de que actuando en grupos organizados tenían más posibilidades de sobrevivir y de defenderse de otros depredadores o grupos humanos rivales. La labor organizativa fue llevada a cabo por la figura de un líder o jefe, el cual, gracias a su habilidad, fuerza o astucia, imponía su voluntad sobre las demás, convirtiéndose en guía-director de todas las actuaciones individuales. … Ahora bien,  a medida que los grupos iban creciendo, a los líderes les iba resultando  cada  vez más difícil controlar la actuación de todos sus miembros, por lo que necesitaron contar con otros líderes menores que les ayudasen a imponer su  voluntad; voluntad que hacían llegar a todos sus subordinados mediante el establecimiento de unos códigos normativos, que todos debían acatar sin rechistar. …

Situándonos ya en época más reciente -hace unos 5.000 años- vemos cómo se van sucediendo una serie de imperios que constituyen las primeras civilizaciones complejas (Asiria, Egipto, Persia). … Para dirigir un imperio (grande en territorio y en número de personas) hace falta algo más que un líder y unos códigos normativos; hace falta que las masas obedezcan ciegamente y actúen como una sola voluntad. Pues bien, ello fue posible porque durante miles de años, todos los personajes y acontecimientos importantes, dignos de ser conservados en la memoria colectiva, se habían ido adornando con elementos mitológicos,  hasta adquirir un carácter sobrenatural; de tal manera que, con el tiempo, se llegó a creer que, tanto el poder de los jefes como los códigos normativos, tenían un origen divino, por lo que nadie osaba cuestionarlos.

Gracias a la mitificación, los jefes ejercieron un control férreo sobre las poblaciones... Pero esta mitificación de los códigos normativos, fue también la causa del estancamiento moral, ya que, como nadie se atrevía a desobedecer las normas emanadas de los códigos y de la tradición, no se producían teorías alternativas. 

Las cosas comenzaron a cambiar a partir del siglo VI a. C.  En esta época, y en el entorno cultural de la antigua Grecia, se produjo un hecho capital en la historia del conocimiento humano, tuvo lugar un cambio de mentalidad: la mentalidad mítica comenzó a perder protagonismo en favor de la mentalidad racional (este hecho se conoce con la denominación de “paso del mito al logos”). …

·  La mentalidad mítica se caracteriza por ser dogmática, o sea, por no dudar de la veracidad de sus principios y valores en cuanto que emanan de la divinidad. Por eso, durante la época en que imperó la mentalidad mítica no había teoría ética, pues la ética surge solamente cuando nos cuestionamos nuestras prácticas morales. …

·  La mentalidad racional se caracteriza por su actitud crítica hacia todas las opiniones y verdades establecidas. Por eso, será con la llegada de la mentalidad racional cuando comiencen a surgir múltiples teorías éticas, ya que, desde esta mentalidad, todo es criticable y revisable, incluidos los códigos morales vigentes

Las teorías éticas surgen cuando intentamos comprender y justificar  los códigos normativos y las prácticas morales vigentes. …

El hecho más determinante para el surgimiento de las teorías éticas fue la invención de la escritura.  La escritura hizo posible el registro permanente de los códigos normativos, así como la descripción literaria de modelos ejemplares de conducta (personajes que destacaban por encarnar valores que se consideraban dignos de imitación). Como estos códigos normativos y estos modelos ejemplares variaban según la cultura y la época, muy pronto se tendió a compararlos y a juzgarlos críticamente, dando lugar, así, a distintas interpretaciones o teorías éticas. …

Concretamente, la ética occidental tiene sus raíces en los poemas homéricos (la `Ilíada´ y la `Odisea´), que fueron fijados por escrito, según la mayoría de los estudiosos del tema,  hacia el siglo VIII a.d.C. … En estos poemas aparece reflejado un mundo moral sobre el que reflexionarán los primeros filósofos (siglos VI / V a.d.C.). … El mundo moral de los poemas homéricos se fundamentaba en estos tres conceptos clave:

1.`Bueno´: es lo que sirve o es útil para algo, sobre todo, para la propia comunidad (Troya, Ítaca). …

2.   `Virtud´: es la excelencia o capacidad de sobresalir en algo sobre los demás (a la virtud, así entendida, se la denominó inicialmente “areté”).

3.   `Hombre bueno´: es el que posee la virtud (areté) y se esfuerza por sobresalir sobre los demás, prestando los mejores servicios a su comunidad; el hombre bueno es, por tanto, el mejor. … Al conjunto de los hombres buenos se les denominó inicialmente “aristós” (=los mejores). … Cuando los mejores hombres ostentan el poder del gobierno tenemos el régimen denominado “aristocracia” (=`gobierno de los mejores´;  -`aristós´=los mejores; `krátos´=poder, gobierno-)

 

 

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