jueves, 19 de enero de 2023

9.2. La dimensión estética del ser humano

 La experiencia estética es otra característica esencial del ser  humano, hasta el punto de que, al igual que como “ser racional”, “ser técnico” o “ser moral”, también puede ser caracterizado como “ser estético”.  … 

El ser humano no se limita a hacer las cosas racionalmente “bien” desde el punto de vista técnico o ético, sino que, además, quiere hacerlas “bien” desde el punto de vista estético;  no se conforma con que las cosas sean útiles y buenas; quiere también que las cosas sean bellas. …

Los seres humanos son los únicos seres estéticos, porque solo para ellos la belleza es un fin en sí mismo; para las plantas y animales, en cambio, la belleza es siempre un medio para conseguir un fin (p.e. la reproducción). … Cierto es que muchas plantas y animales desarrollan hermosísimas formas y colores (flores, pieles, plumajes), e incluso algunos animales decoran el lugar de apareamiento (y sienten atracción por todo ello);  pero no lo hacen por un puro afán de belleza, sino por una necesidad práctica y vital: la reproducción, la alimentación o la defensa. En cambio, los seres humanos somos capaces de disfrutar mediante la apreciación de algo que nos resulte bello, sin ninguna otra pretensión. … Así, por ejemplo, ningún animal se detiene a contemplar la hermosura de un paisaje, mientras que nosotros podemos quedarnos embelesados contemplándolo; podemos, incluso, desear filmarlo para volver a verlo, y solo por simple goce estético, sin ningún otro interés.  ...

El puro goce estético constituye precisamente una de nuestras cualidades naturales, que nos aleja de los animales y explica por qué la actividad artística es exclusiva de los seres humanos. …

La fabricación de adornos para objetos y personas, las grandes obras de cine y literatura, los artistas profesionales, etc. son algunas de las realidades que no existirían si no fuera porque tenemos algo más que las necesidades materiales de subsistencia.

Aunque podemos imaginarnos un mundo sin pintura, escultura, literatura, música y cine, no parece muy claro que nos gustara vivir en él; sin embargo, estas cosas artísticas son irrelevantes en el reino animal y vegetal. …

La relación del ser humano con la belleza se puede establecer a tres niveles:

1.   Como contemplador: cuando el ser humano goza percibiendocosas bellas”, quedando colmado en su pura percepción. … *[Cuando contempla la belleza, el sujeto humano no pone nada de sí en el objeto contemplado; se limita a experimentar gozosamente las sensaciones suscitadas por los estímulos procedentes de este.] … 

Es la actitud propia del mero espectador.

Todos los seres humanos están capacitados, en mayor o menor grado, para percibir la belleza, pero algunos parecen estar dotados de una sensibilidad especial para captarla allí donde otros son incapaces de experimentar nada estético. …

Al percibir la belleza, el espectador cae en un estado de embelesamiento estético que le hace olvidarse de todo lo demás.

2.   Como creador: cuando el ser humano goza realizandocosas bellas”, aunque rara vez quede colmado con la obra realizada. … *[Cuando crea belleza, el sujeto humano pone algo de sí en el objeto creado; el creador se exterioriza en su obra.] … 

Es la actitud propia del artista. …

Todos los seres humanos están capacitados, en mayor o menor grado, para crear belleza, pero algunos parecen estar dotados de unas facultades y de unas habilidades especiales para ello: los genios artísticos. …

La creación alcanza su punto culminante en el arte y en la ciencia: tan bella puede resultar una gran sinfonía musical como una  complicada ecuación matemática o una elaborada hipótesis física. …

3.   Como crítico: cuando el ser humano goza comentandocosas bellas”, y recreándose en ello. … *[Cuando critica la belleza, el sujeto humano saca algo del objeto criticado; el crítico exterioriza (pone de manifiesto) aspectos estéticos de la obra que pasan desapercibidos para otros espectadores de la misma.] …       

Es la actitud propia del experto estético.

Todos los seres humanos están capacitados, en mayor o menor grado, para criticar “cosas bellas”, pero algunos están más cualificados debido a que cuentan con una mejor formación estética: filósofos estéticos.

Tres son las funciones principales que lleva a cabo el crítico: (1) hace consciente la calidad estética de una obra (la clarifica); (2) evalúa la calidad estética de una obra (la califica); (3) publicita la obra estética (informa, sugiere, orienta).

*[¡Ojo!: un crítico puede ser un artista y un artista puede ser un crítico.]

 

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